2012/09/21

Buscando casa en Villa


Nada mejor que imaginar nuestro siguiente hogar, cuando ya nos sentimos encarcelados por la casa que tenemos, limitados por nuestras cosas en nuestras cuevas, que hemos perdido la libertad de salir porque quedan todas estas cosas solas.  Nada mejor que pensar en el siguiente hogar, la concha más amplia, para acomodarnos los rabos.

La Jeni se siente así, su condominio no respira, con sus bordes contenidos entre pisos de paredes sólidas, cuyas moldaduras de fina terminación, promueven su aptitud, su acierto, su ambición ante vecinos iguales.

Al condominio Paseo Las Palmas solo allegados a Villa Colón, formando un subdistrito de grumo segunda clase, medianos, ni tan ricos pero respetables.  Barrio nuevo que tras años de cohabitación, escuchándose los estornudos, risas y plegarias, de olerse los perfumes, la mayoría ignora los nombres y lugar de empleo de sus vecinos.  Y tampoco se puede decir más sobre la Villa que lo rodea, a menos que sean primos, sean de confianza.  

Qué rico poder escoger el techo sobre nuestras cabezas, los colores con los que pintamos nuestros rincones, los muebles, el arte y la vajilla que acomodamos para recibir visitas.  Qué emoción empezar de nuevo, mejor que antes.

Al pasarse de Las Palmas a Villa propiamente, sobre la cuadrícula principal, Jeni puede asimilarse completamente como nativa, como señora.  No tiene que asistir a misa, ni al gimnasio, con tal de saludar a más de una persona en el Super Mora y mantener un bonito jardín, es oficialmente de pueblo.  

Son siete mil millones de habitantes en el planeta y cada vez menos espacio para habitar.

Las casitas viejas como la que quiere alquilar Jeni casi no quedan. o estan habitadas por viejos que no quieren morir.

Ella se siente emocionada, como una colegiala con un muchacho que si promete. Con su Ronny Dance se dan cita con los dueños de la casita esquinera azul que le faltan persianitas no más para ser de legítima abuela.

Sin embargo, cuando se acerca el dueño les explica que la casa de su pertenencia, el edificio en alquiler, el disponible no es el azul de la esquina, ni es esquinera, ocupa una esquina de su propiedad, de una casa contigua, en el puro centro de la cuadra, y es tan fea como Jeni se había soñado la otra casa bonita.

Es una casa en hueco, sin ventanas, con todo chueco, con cuartos de encierro con olor a infestación de gatos, cuando a los gatos no se les quiere y se convierten en ratas.

Es casa de miseria, ocupando con su suciedad un espacio privilegiado entre los ríos Pacacua y Jaris, culpando la falta de dinero por su torpeza.


No hay comentarios: