2017/09/28

ciclo vida

aprendí andar en bicicleta muy temprano en mi vida.
no lo cuento para causarle a nadie envidia.

en esos tiempos las ciudades eran pequeños grandes lugares y todo lo demás era yermo. en bicicleta podía huir de la ciudad. sola, callada y con mis piernas descubria que el ritmo del respiro y pulso del corazón se podían calibrar, apretar o aflojar, mejor que cualquier caja de cambios, yo misma me podía regular y así, podía atravezar el espacio rápidamente, interactuar livianamente y apreciar completamente, todo.

el camino se hace al andar.

en caribe sur son varias generaciones vivas de vecinos que sin carro propio, llegan, cumplen, hacen, contribuyen, traen, llevan, despejan y gozan de sus vidas. aquí no hay talleres mecánicos cada 100 metros como en el resto de limón; aquí se duerme y se despierta con el sol, y así sobre los 26 kilómetros de vía entre hone creek y manzanillo han recibido visita de al menos un millón de carros desde el año 2010.

un millón de carros. en costa rica, para una población de 4 millones de costarricenses + 2 millones de otros, circulan en carro, bus, trailer y moto, millones de automóviles. hagan la mate para calcular a cuanto equivale aquello en dinero y en litros de petróleo al día.

tenga en cuenta que el viaje promedio del costarricense es 6 a 50 kilómetros  y que la mitad de los vehículos operan en función de taxi, de la cual solo la mitad son formales.

aquí en caribe sur pretenden construir otro puerto, marina y aprovechar sixaola como aeropuerto. para qué? para hacer pasar por esta arteria a más de esto? ya la flotillas de trailers que congestionan el braulio carrillo van vacías, los camiones de la coca-cola vuelven a san josé vacías. porque no pueden adoptar el modelo de las de cerveceras, que con los ocho millones de botellas de vidrio, que flotan entre labios ticos desde hace 20 años, tiene un modelo de consumo sostenible.

empresa MECO pretenden qué? donde sacan dinero para tanta maquinaria? y de observarlos, uno se da cuenta que lo que hacen es desbaratar calle para colocar otra encima. ¿para qué?

los famosos huecos en las calles costarricenses estaban ahí por una razón, para que anduvieramos a 30, para llevarla suave, para no andar apurados ni apurando. 30 es la velocidad que nos merecemos.










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