se supone que mañana me haré costarricense.
me presentaré ante tribunal supremo de elecciones de una democracia más solida e inquiebrantada del mundo para pedir poder participar en esas elecciones como ciudadana formal de la nación.
soy hija de la nacion vecina, hondureña, que no es más que republica banana, que un gran orfanato de guerras económicas contra el planeta y la vida que sostiene. soy hija de gringos que, con todo el antídoto espiritual al aburrimiento claustro del capitalismo, me trataron a la larga tambien de puta y piedrera, por seguirles su crianza mía de alterna al estatus quo.
mi tata se hizo conductor de radio. no me siento ante su microfono con él porque no confio en sus palabras ni en su calificarme. mi papá habla mucho y escucha poco. no visito a mi madre por lo mismo, por repudiarme y hacerme desconfiar en mi propio instinto, descalificar la misma intuición con la que ella me dotó en crianza. soy yo, la madre de ambos entonces.
y me voy a nacionalizar, si el destino lo permite. despues de 40 años viviendo como ilegal, vivo sin teléfono y sin carro y sin trabajo remunerado, ni artesania que vender.
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