Mi quité de mi ser, de mi nombre, de mi avatar, en Facebook.
Llevo cerca de diez años posteando en el medio social de Mark Zuckerberg, usando la aplicación masiva de su negocio de algoritmos y flujo eléctrico, para compartir todos los días, múltiples veces, la noticia según lo que mi ego estima importante para el ethos.
O sin importancia, es solo otra salida y entrada de información, de moraleja, de dieta. Sanar con palabras ricas en significado los dolores al corazón, al hígado, las plantas de los pies y la vértebra. La heridas sanadas no desaparecen.
Pero, las palabras para describir las heridas, al modificarlas digamos que de "ridículo" a "excesivo", se pueden apropiar y manejar sin molestías severas, para eso esta la primera enmienda de la constitución por la que se guían los Estados Unidos y por ende los dos Continentes Americanos. Dios es la palabra, etcetera ad nauseum.
Yo puedo pedir, lo que sea, de quien sea, es esa habilidad lo que me distingue como humana de simple animal. Puedo pedir ayuda. Puedo no pedirla, a mi el universo, la existencia y todos los seres que comparten planeta conmigo, no me deben nada. Yo ayudo en lo que puedo y si vos me querés pagar, diré que trabajo por ti.
Ser tu propiedad u objeto de tus celos, olvídalo.
Y será un gusto.
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