Es una palabra que hay que tener: "miedo".
El mundo es malo, y envidioso, y corrupto e injusto.
Es salvaje, violador, asesino, ladrón.
Por lo tanto, para salir a navegar por él, en mi cartera de señora debo andar preparada.
Debo llevar siempre en mi bolso las llaves de mi casa, un foco, encendedor propio, botella de agua, botella de aceite esencial de algo (para los nervios), lapicero, tarjeta de dinero, dinero, tarjeta de identificación, y un teléfono.
Las llaves de "mi" casa, no son mías, es una casa siempre alquilada o prestada, son casas que existirán en el tiempo cuando yo ya me muera y serán propias o alquiladas de otras personas. Las llaves son de metal, pueden permanecer sobre la tierra aun más tiempo que la casa. Fijo andarlas vencen el "miedo" de proteger a las pertenencias.
Llevar un foco, por si la oscuridad, que es el espacio visual del miedo, donde andan bichos.
Encendedor, porque pedirle fuego al macho que sea le inflama su ardor, su instinto primate, su condena genital duodeno.
Botella de agua porque dicen revistas y otras hembras preocupadas que mi piel no refleja la frescura ansiada de tiempos principios, la juventud primitiva, la única oportunidad de ser realmente amada.
Aceite esencial porque le dice a mi nariz que las flores no son marcianas y aman el agua más que yo.
El lapicero yo lo ando por romántica, para sentir el pulso de mi mano sobre su fluir, esas rayitas conscientes e inconscientes con las que marco el existir formando letras, palabras, nombres, números, o corazoncitos y estrellas aburridas. El lapicero para anotar teléfonos.
Tarjeta de dinero, de dinero para locomoción, de dinero para merendar, de monedas metálicas traducidas a distribución de vegetales, frutas, legumbres, granos, que con agua, mi cuerpo los convierte en energía pura, en caloría, calorcito que distribuye mineral y medicinas a las células de los músculos, huesos, la piel.
Identificación: para comprobar, de parte de un ente estatal, que existo. Al andar identificada le otorgo permiso al país de policiarme. Rindo, tributo, acepto la protección de un ente conformado por lamento psicosocial. o será que la vigilancia a mi me protege?
Si tuviera un teléfono, podría llamar a un vigilante? Si hay un peligro de qué?
De esto, quien se salva?
Por el teléfono en casa solo llaman mi mamá, y Fern.
En la calle ayudaría a ahuyentar el peligro poderle sacar una foto? no lo creo.
Ahora si yo fuera una mamá, preocupada por la comparación con otras mamás, andaría también en el bolso pañales secos, wipes y talcos para los potos, fruta, galletas, agua, una mudada, juguetes, más la silla o el cochecito, más todo lo anteriormente desglosado... cada. vez. que salgo de la casa.
quien evoluciona millones de años para cargar chunche?
no pasé por el cierre de un milenio, para reabrir sobre un mismo capítulo en el siguiente.
el truco de la paciencia es que todo sucede cuando menos importa.
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