los innombrables me siguen diciendo que el 2016 es el "peor".
dijeron lo mismo sobre todos los anteriores.
así "piorsh".
y si, este año, se fueron hombres magníficos.
empezando con el duque gentil, el hombre estrella, el ziggy polvo cósmico, el major tom.
con verme sufrir ante el pronunciado, se cumplió una paja adolescente del 88.
"se murió david bowie... ahí te la dejo", me dijo sin siquiera un calzoncillo, "cómo te gusta el café"?
un café nestle, congelado al seco en gigantes factorias, envasado en frasco, metal fresca, una dieta lejana del grano original. todo santiago jóven de luto.
luego se fue prince.
solo, en su casa, en indiana, sobre dosificado de opioide, remedio, droga autorizada por gobierno de gobernados, amapola cultivada en afganistan donde se matan huevones por una promesa: de no ser recordados como un desgraciado más que "no hizo nada".
como se fueron el rey del rock, el queen, el rey del pop, se fue también su príncipe, y con él murio el sexo color púrpura, el sosiego merlot, el cantar llorando por la lluvia morada. se llevó a los hermosos, a la controversia, a la little girl named nicki, a la sexy motherfucker.
con no verme atrapada en chile por extranjería en costa rica yo había pedido por pasaje de salida a california, cumpliendo propuestas concebidas en el 93.
entonces se fue leonard cohen. siempre irónico, siempre sabiendo. nunca lúdico. hallelujah! qué era entonces? cómo figuraba este músico, en este desfile por la vida?
con winehouse se fue la ilusión que hembras no moríamos, que para eso fue la janis, y fue la karen carpenter. las que valen más, que por musa y morfosis, empezando con madonna, solo se nos fue la whitney houston, la chica negra con nombre de blanquita y apellido urbano.
todas las demás siguen, en el 2016, vivas.
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