2020/07/23

pos pandemiux

hoy me di cuenta de algo maravilloso y de algo macabro.
camino al pueblo, a comprar el desayuno diario me voy dando cuenta que de existir en multiples dimensiones, yo existo en la quinta a partir de 1988.
Aquel fue el año en que me gradue del colegio en chile, el año en que chile decidió mediante un plebiscito que no queria vivir más bajo la dictadura militar.
en la entonces adolescencia taquillera de una clase en colegios privados formado por hijos de militares, publicistas y farandula, se jugaba al que te ubica, "cachai a la..." del colegio marchal, la salle, san gabriel, terranova, aconcagua, luis taller ojeda, esa costra fina de colegio clase media que se forma sobre americo vespucio oriente deliminando los rusios nietos de nazis y baja clase europea en los dominicos, las condes, vitacura, de un santiago mapuche, con fuerza, mirada braza, sostenida, aguda, mapudún de la pintana, colina, y la línea de tren hasta rancagua, que a cuestas pasa a formarse en escuelas estatales y que con las matemáticas y las letras aprendidas, se ponen a trabajar desde lolitos.
militares prusianos de chile de mierda, nadie los quiere!
desde 1988 se les ha dicho directamente, desbándense, replentee su modelo de negocio de la matanza a la agricultura, a la forestación, a la protección de los ríos y la costa. sean siervos del pueblo. háganle honor a su ser mapuche indomable, inquiebrantable, no al español que se violó descaradamente a sus visabuelas, dejándolas mudas pero con su fe intacta.
en la quinta hay suficiente para todos y ningún niño nace sin querer.
los seres humanos no somos traficables.



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